El nuevo año litúrgico y el Adviento comienzan para las religiosas, los religiosos, el clero y las personas consagradas de Melilla con un día de retiro en el que compartieron oración y vida.
El padre Víctor Hugo Andrade, C.J.M, párroco de San Agustín y administrador de la Medalla Milagrosa, en Melilla, fue el encargado de dirigir la meditación de la mañana, tras la que vivieron un tiempo largo de adoración eucarística.
Tras la oración y reflexión de la mañana, compartieron una comida fraterna. Eduardo Resa, vicario episcopal en Melilla, agradece «a las Hermanas Franciscanas su acogida y disponibilidad».
