El 3 de noviembre, la Jornada de Formación de Laicos estuvo centrada en el desafío pastoral que suponen las sectas y la nueva religiosidad. El encuentro, en el Centro de Estudios Teológicos San Pablo, fue conducido por el experto en sectas Luis Santamaría, consultor de la Subcomisión para las Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española.
La jornada estaba convocada por la Vicaría para el Laicado y la Delegación de Apostolado Seglar, y se desarrolló en colaboración con la Delegación de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la diócesis de Málaga, la Fundación Lux Mundi y los centros teológicos San Pablo.
Tras dirigir la formación del clero, esa misma mañana, el ponente, Luis Santamaría del Río, pronunció una conferencia que tenía por objeto acercar el fenómeno de las sectas a los laicos y laicas de la diócesis de Málaga. Su ponencia supuso también la primera del curso sobre sectas que ofrece, del 3 al 5 de noviembre, el Centro Superior de Estudios Teológicos San Pablo. El encuentro fue inaugurado por el obispo de Málaga, D. José Antonio Satué, quien invitó a los presentes a perseverar en su formación permanente, especialmente en temas tan interesantes y desafiantes, para poder discernir y crecer espiritualmente, alejados de comportamientos sectarios. En sentido positivo, Mons. Satué recordó que esta conferencia permite conocer «qué propuestas de oración podemos ofrecer a las nuevas generaciones, para que conecten con nuestra tradición cristiana pero puedan estar abiertas a otro tipo de intuiciones que también son importantes, como la oración de silencio, el rezar con el cuerpo, sin perder de vista lo propio de la Iglesia: los sacramentos, la Palabra de Dios, la liturgia, etc.». A continuación, intervino el vicario para el Laicado, Manuel Ángel Santiago, quien animó, en tiempos difíciles, a tener una formación robusta a todos los laicos, especialmente a los agentes de pastoral, y dio a conocer la colaboración que la Delegación de Apostolado Seglar tiene con los centros teológicos diocesanos para el impulso a la evangelización. Tras su intervención, el delegado de Apostolado Seglar, José Carlos Pérez, dio inició a la jornada guiando la oración.
El ponente fue presentado por el vicedirector de los centros teológicos, Rafael Vázquez. Santamaría es teólogo, consultor de la Subcomisión para las Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española e investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), autor de varios libros sobre el fenómeno de las sectas y los nuevos movimientos religiosos, el último "A las afueras de la cruz. Las sectas de origen cristiano en España". En su ponencia explicó qué es una secta, fenómeno de largo recorrido histórico, especialmente conocido en la década de los 70 del siglo XX, y definido por los estudiosos como "un grupo social depredador que actúa a través del mimetismo y del señuelo". Abordó la imagen social de las sectas y su evolución, las cifras y realidad de este fenómeno en nuestro país, en el que se haya inmerso en torno al 1% de la sociedad española (400.000 españoles pertenecen a sectas, según su investigación), aunque, como explicó, es muy difícil enumerarlas con exactitud por la cantidad, el modo de actuación y el tamaño reducido de muchas de ellas. Se cree que en España, actualmente, actúan más de 110 sectas de origen cristiano, aunque no todas son religiosas, proliferando muchas en los últimos años en la esfera de la autorrealización, el crecimiento económico y personal, etc.
Las armas principales de las sectas o de los grupos sectarios son la persuasión coercitiva y el abuso psicológico en grupo, conceptos validados por la comunidad internacional. Entre los síntomas que manifiestan se encuentra el aislamiento del sujeto de su entorno o de su sistema de creencias o valores, el control y manipulación de la información que este recibe del exterior, el control sobre su vida personal, la manipulación por medio de los afectos, la existencia de un líder de autoridad única y extraordinaria (que en la mayoría de los casos se cree su propio engaño), etc.
El ponente alertó de que cada vez se capta más por medios telemáticos y redes sociales, y terminó lanzando una invitación a la esperanza de que es posible salir de su influjo. Destacó la importancia de poner a las víctimas siempre en el centro de todo, escucharlas, atenderlas... A las familias y conocidos de las víctimas, les invitó a no romper nunca puentes, a mantener las puertas abiertas y seguir cuidando y amando a la persona como medio para un final feliz.
Las sectas, en palabras del ponente, Luis Santamaría, «existen, que aún hay gente que lo duda. Existen y actúan. Sacerdotes y laicos tenemos que estar prevenidos ante las sectas que se acercan a nosotros. Están por todos lados y es fácil que accedan a nosotros en cualquier ámbito. Por tanto, tenemos que estar prevenidos, pero sobre todo para ayudar a otros, para estar atentos a las señales de alarma que se pueden dar en personas cercanas, de nuestras familias, de nuestras comunidades... Especialmente, sacerdotes y agentes de pastoral, este tema es importante por las personas que están a su cargo, a las que cuidan y a las que sirven, para detectarlo y poder ayudar a no caer cuando una persona está en proceso de captación, para ayudar también a sostener a las familias que están sufriendo el drama de la captación de un ser querido, y para, también, ayudar, y estar disponibles para las personas que abandonan las sectas y se encuentran de repente solas en el mundo, con el lastre de un trauma por lo que han vivido dentro de la secta y la necesidad de reconstruir su vida casi desde cero».
