El Colegio Los Olivos de Málaga ha acogido del 8 al 10 de noviembre el Retiro Ciudad de Dios en el que han participado jóvenes de espiritualidad agustiniana de toda España a partir de 2º de Bachillerato.

El objetivo de este retiro es compartir su experiencia de fe y profundizar en la espiritualidad agustiniana que llevan años conociendo en los colegios y parroquias de la Provincia San Juan de Sahagún.

Ciento setenta chicos y chicas de distintos lugares de España viajaron hasta Málaga para participar en esta experiencia, que es una de las principales propuestas pastorales del curso para los centros agustinos y que se organiza desde el Secretariado de Infancia y Juventud en colaboración con el Equipo de Pastoral Vocacional de la Provincia de San Juan de Sahagún.

Catequistas y monitores

La mayoría de estos jóvenes se han formado en colegios y parroquias agustinas y actualmente son catequistas o monitores de grupos de niños y adolescentes. Acompañarles y cuidar su formación, haciéndoles conscientes de la enorme responsabilidad que supone ser referentes de otros más pequeños que ellos es uno de los objetivos del encuentro, que este año ha tenido como lema «Los jóvenes anunciamos la esperanza».

Para los participantes, la experiencia de estos días en Málaga es sinónimo de encuentro, familia, comunidad y esperanza. Durante estas jornadas, han comprobado que la amistad no está reñida con la fe y que la actitud de servicio da sentido a la vida.

Contenido

A lo largo del fin de semana los participantes han escuchado las reflexiones del conocido ilustrador católico «Fano», han conocido más de cerca cuál es la labor del equipo de voluntarios de pastoral penitenciaria de la Diócesis de Málaga y han podido expresar la fe al ritmo de las canciones de Nico Montero.

También ha habido un taller coordinado por Red Madre y otro para abordar cuestiones relacionadas con el noviazgo que desarrolló un matrimonio del movimiento Encuentro Matrimonial.

En definitiva, ha sido un fin de semana con un programa muy variado, con sesiones formativas, testimonios y momentos de reflexión y oración, tanto personal como comunitaria. Un programa de actividades y celebraciones para subrayar la idea de que la vocación es mucho más que decidir qué carrera universitaria estudiar, sino descubrir qué quiere Dios y cómo lograr una vida plena para ser un bien para los demás.