El 1 de noviembre se cierra la exposición "Punto y seguimos", que la Delegación diocesana de Migraciones inauguró a mediados de mes sobre la trata de personas. Puede visitarse en la sede de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga (calle Muro de San Julián) en horario de 10.00 a 13.00 h. y de 17.00 a 20.00 h. y entre los colectivos que se han acercado a verla está el alumnado de 4º de ESO del colegio diocesano obispo San Patricio.
Los alumnos de 4º de ESO del colegio diocesano San Patricio se acercaron el jueves 30 de noviembre a conocer la exposición de la Delegación de Migraciones de la Diócesis de Málaga que lleva por título "Punto y seguimos". Como explica el docente José Luis Fernández Orta, «se les ha ofrecido la experiencia de encontrarse con el problema de la trata, de la migración forzada, en la que se privan de la libertad y de la dignidad a personas, sobre todo mujeres jóvenes, a las que se someten a la explotación sexual y laboral. Para los alumnos ha significado un encuentro con una de las realidades menos visibilizadas y más silenciadas de la esclavitud del siglo XXI. Han podido reflexionar y traer a su corazón las experiencias de quienes han narrado su sufrimiento en esta exposición». fotográfica
UNA EXPOSICIÓN QUE ABRE LOS OJOS
En la inauguración participaron el vicario para la Acción Social y Caritativa de la diócesis de Málaga, Juan Manuel Ortiz Palomo; Pilar Gallardo Quero, delegada de Migraciones de la Diócesis de Málaga; José Carlos Garín, presidente de la Agrupación de Cofradías de Málaga; Francisco Manuel Cantos, concejal de Servicios Sociales, Diversidad, Igualdad y Accesibilidad del Ayuntamiento de Málaga; María Mateo, superiora de la comunidad de Adoratrices de Málaga y coordinadora de la Comisión de la Trata de la delegación diocesana, y Álvaro Belda del Corral, inspector jefe de la Unidad de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Málaga. Al acto asistió también Rubén Bernal, pastor de la Iglesia Evangélica Española en Málaga, y miembros de Papilio, asociación sin ánimo de lucro que persigue combatir esta esclavitud del siglo XXI. La lucha contra la trata es uno de los ámbitos en los que distintas confesiones puede unirse para trabajar juntos.
En la apertura, José Carlos Garín ha expresado que esta muestra «nos convoca mirar con profundidad y compromiso una de las heridas más dolorosas de nuestro tiempo, que es la migración forzada y la trata de seres humanos. Las hermandades y los cofrades estamos acostumbrados a venerar imágenes que representan momentos dolorosos de sufrimiento del Redentor de Cristo y de su Madre la Virgen. Entonces, no podemos permanecer indiferentes a rostros, estos ya mucho más reales, más de carne y hueso, como son los que nos muestran en estas imágenes el sufrimiento de las personas».
Francisco Cantos, concejal del Ayuntamiento de Málaga, ha alertado a las jóvenes presentes, escolares que han acudido a la presentación, a cuidarse en el mundo de las redes sociales, donde las mafias se mueven y captan a muchas víctimas. «Esta exposición -ha dicho- pone ante los ojos esos riesgos y esos peligros, cuando te quitan la libertad, y cuando, en contra de tu libertad, de tu condición de persona, tu condición de mujer, de niño, de niña, hay unos que se aprovechan a través de una mafia para denigrar a la mujer y coartarle lo más preciado que tenemos, que es la libertad. Os animo a que seáis embajadoras de esta exposición, a que la contéis y a que trasladéis ese mensaje».
María Mateo es superiora de la Comunidad de Adoratrices de Málaga, y coordinadora de la Comisión de Trata de la Delegación Diocesana de Migraciones. Ella ha sido la encargada de presentar el contenido de la muestra, que, como ha expresado, «ha supuesto para nosotros una experiencia muy especial, un encuentro con las supervivientes de la trata y, al mismo tiempo, una oportunidad de trabajar juntos como comunidad y como Iglesia, comprometidos con las víctimas y con la tarea de poner fin a este crimen contra la humanidad, como expresaba el papa Francisco. La trata de personas no es un problema lejano ni ajeno, está aquí entre nosotros, mucho más cerca de lo que creemos. Es una realidad que atenta contra la dignidad humana, que vulnera derechos fundamentales y que degrada y deshumaniza. Como Iglesia y como sociedad, estamos llamados a defender siempre la dignidad de toda persona y ayudar a restaurar la de quienes han sido heridas y agraviadas. Detrás de cada dato y de cada estadística, está la vida de miles de personas, mujeres, hombres, niñas y niños, que hoy son explotados o que intentan rehacer sus vidas tras haber sobrevivido a experiencias profundamente traumáticas. En esta exposición, la voz y el testimonio de quienes vivieron la esclavitud de la trata ha sido fundamental. Como cristianos no podemos permanecer indiferentes. Estamos llamados a visibilizar esta realidad, pero también a acoger y acompañar a las víctimas en su proceso de sanación y recuperación», ha concluido.
María, desde el trabajo de las Adoratrices, ha destacado algunas cifras sobre este asunto. En 2024, las fuerzas y cuerpos de seguridad liberaron a a 1794 víctimas de redes de trata y explotación, un 22% más que el año anterior. Andalucía contó con 249 víctimas liberadas, más que la media nacional, un 13%. «Y aquí, en Málaga, en abril de este mismo año, conocimos la noticia de que habían sido rescatadas en mujeres colombianas explotadas en un piso prostíbulo en condiciones infrahumanas, bajo control constante y sometidas a sanciones».
Ha seguido a María el inspector jefe de la Unidad de Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía de Málaga, Álvaro Belda del Corral, quien ha destacado que «en mi trabajo, me he encontrado con que los datos de las diligencias son importantes, pero la fiscal delegada del Tribunal Supremo nos decía que toda esa información, cruda, durísima, de cómo se explota a estas mujeres es correcta y necesaria, pero una imagen vale más que mil palabras, y no es lo mismo leer sobre algo que verlo». El inspector ha destacado el valor de esta exposición en concreto, porque «recoge todas las aristas del problema. ¿Cuáles son esas aristas? La trata de ser humano es un delito complejo. Implica la captación, transporte, explotación, en origen, en destino... y está muy vinculado a otros hechos delictivos: tráfico de drogas, crimen organizados, los delitos que sufre la propia víctima, como son extorsiones, delitos sexuales, violaciones, etcétera. con otra realidad, que es las migraciones. Este es un delito muy complejo, un delito invisible si nadie habla de él, si nadie se preocupa de él no existe. Por eso, no hay mejor acto que este para exponer ese delito que existe y además creo que es de los más duros que he visto en los ya casi 30 años que estoy en este trabajo».
Belda del Corral ha destacado la complejidad y tamaño del delito. A la economía mundial la trata de seres humanos aporta aproximadamente unos 35.000 millones de euros, «es un delito muy lucrativo», ha afirmado. Ha valorado el trabajo de la Iglesia y las entidades presentes y otras que colaboran para atajar la lacra de la trata de personas. «Decía san Francisco de predicar el Evangelio en todo momento y, cuando sea necesario, utilizar las palabras. Ellos lo hacen siempre, todos los días y lo hacen con actos en la calle, o en el polígono, donde vas y de pronto ves allí a cuatro tipos con su chaleco y su coche dando de comer o dando mensaje a la gente, diciéndoles: "oye, que hay esperanza". Son, para nosotros, clave, porque muchas veces llegamos a esas personas a través de ellos. Porque la confianza, la gran mayoría de las veces, la conseguimos a través de ellos».
Pilar Gallardo, delegada de Migraciones, ha expresado que el valor de la exposición es, sobre todo, que «lo han contado las víctimas. Creo que, de las cosas más positivas que tiene esta exposición, ha sido el que ellas son las protagonistas y que distintas entidades, en este caso son todas entidades y proyectos de la Iglesia en distintas partes del mundo, y concretamente de España, han dedicado un tiempo muy largo a recoger, a escuchar, a estar con ellas para que sean capaces de contar todo esto».
Juan Manuel Ortiz Palomo, vicario para la Acción Social y Caritativa, concluyó el acto destacando la puerta abierta a la esperanza, lograda, entre otras cosas, por el trabajo en red. Invitó a los que se acerquen a verla a «ponerle el rostro a estas situaciones que, un mundo de entrada tan oculto y que parece que no tiene nada que con nosotros, como es el de la trata de personas, nos demuestra que sí, que estas personas están aquí, están en nuestros barrios, en nuestros pueblos».
PRIMERAS VISITAS
Las primeras personas en visitar la exposición fueron las alumnas del colegio de las Adoratrices, jóvenes que atendieron a una realidad a la que son sensibles por el mundo en el que vivimos.
La muestra es una exposición fotográfica itinerante, que se promueve desde la Subcomisión Episcopal de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española, y que, desde marzo de 2019, recorre numerosas ciudades de España, tratando de mostrar aquellas múltiples formas de explotación laboral, sexual, tráfico de órganos o matrimonios forzados.
Es posible visitarla en horario de 10.00 a 13.00 h. y de 17.00 a 20.00 h., de martes a sábado, y la delegación anima a concertar un día para visitarla por grupos, porque el material invita a la reflexión y la oración.
Son 41 imágenes recogidas por el fotógrafo Fernando Mármol, que tiene como protagonistas a hombres y mujeres víctimas y supervivientes de la trata: una realidad invisibilizada para la ciudadanía, que afecta a millones de personas en todo el mundo y que mueve cada año millones de euros en un negocio solo superado por el tráfico de armas. La Trata de seres humanos es un negocio que mueve millones de euros mientras somete a miles de personas a situaciones de esclavitud, atentando contra su dignidad y vulnerando sus derechos fundamentales. Mujeres y hombres son captados en sus países de origen y trasladados hasta países de destino con fines de explotación sexual, laboral, comisión de delitos, mendicidad, tráfico de órganos, matrimonios forzosos. En España la forma de explotación más habitual es la sexual, y tiene como víctimas en su mayoría a mujeres y niñas. Esta exposición quiere mostrar la realidad y los testimonios del drama sufrido, la indiferencia de la sociedad y la esperanza de una vida libre de explotación, gracias a la ayuda y la implicación de la Iglesia con las víctimas y la sociedad en general. Las imágenes están estructuradas en tres bloques argumentales refleja el drama vivido por las personas que han sufrido situación de trata, la indiferencia y la esperanza de una vida libre de la explotación.