El Domingo Gaudete, Domingo de la Alegría, la parroquia de San Antonio, en Cuevas del Becerro, reabrió sus puertas para celebrar la reinauguración del templo tras casi un año de obras. El obispo D. José Antonio Satué compartió la alegría de la comunidad parroquial presidiendo la Eucaristía.
El párroco, Rafael López, explica que «el Domingo Gaudete fue realmente un domingo de alegría para la comunidad de Cuevas del Becerro. Teníamos motivos para estar alegres y regocijarnos porque reinauguramos nuestro templo de San Antonio y disfrutamos con la primera visita al pueblo de nuestro obispo, Mons. Satué. La celebración fue un momento muy especial para todos los vecinos, para las hermandades, y también para las autoridades del pueblo».
Todos los grupos de la parroquia participaron, desde los niños de catequesis, los miembros de Pastoral de la Salud y Cáritas hasta todas las realidades parroquiales, «todos se implicaron en este acontecimiento y recibieron el cariño de nuestro querido obispo, D. José Antonio», añade Rafael.
La celebración estuvo llena de momentos emotivos, entre ellos el descubrimiento de una placa conmemorativa en la que se recoge la reinauguración del templo y la visita del Obispo.
La obra
Como en todas las obras, las previsiones se alargan en el tiempo y, lo que iba a ser una obra de tres meses se convirtió en una de casi un año. Durante este tiempo han tenido que cerrar el templo, aunque han podido seguir celebrando los sacramentos y las catequesis en un salón que les cedió el Ayuntamiento.
La obra ha consistido en la restauración del tejado, que era de uralita y lo han cambiado por uno de teja andaluza con un artesonado de madera; las paredes que rodean el presbiterio; el suelo, pulido y abrillantado; y los bancos, a los que han dado una mano de pintura.
Medalla Pro Ecclesia Malacitana
Ese mismo día, 14 de diciembre, D. José Antonio Satué, entregó la Medalla Pro Ecclesia Malacitana a Rosario Escudero Rendón, sacristana de la parroquia.
«Otro momento emocionante porque, con esta Medalla, la Iglesia de Málaga reconoce su trabajo, servicio, cariño y entrega a la parroquia de Cuevas del Becerro durante más de 30 años», explica el párroco.
Ha conocido a más de diez párrocos distintos, «y a todos ha servido y ayudado con cariño y perseverancia. Una mujer humilde que sabe trabajar en equipo y entiende a todo el mundo. Desde la experiencia que tengo en esta parroquia, puedo decir que es trabajadora y luchadora, que ama a su Iglesia por encima de todo. La parroquia de Cuevas del Becerro le debe mucho y por eso solicitó al obispo D. José Antonio Satué que le concediera esta distinción a tan noble labor».