Con motivo de las fuertes lluvias e inundaciones, algunos templos y casas parroquiales han sufrido daños.
Con este motivo, D. Jesús Catalá ha expresado su cercanía a todos los sacerdotes ante los que afirma sentirse muy unido. En su mensaje, ha pedido que se haga lo que se pueda porque los daños materiales se irán resolviendo pero lo más importante son los presbíteros y sus feligreses. Ha expresado, así mismo, su unión en la oración.
Comenzó algo más tarde de lo previsto pero la DANA llegó a Málaga capital y provincia y en muchos de sus templos, párrocos y fieles han achicado agua. Así se vivió por arciprestazgos.
Arciprestazgo de Axarquía Interior
La tromba de agua que cayó en la primera parte de la mañana del 13 de noviembre dejó 45 litros en pocos minutos en el interior de la Axarquía, sobre todo en la zona de Los Romanes y en el río de la Cueva, un caudal que va directo hacia el embalse de La Viñuela.
El río se desborda a su paso por Benamargosa
En Benamargosa, en cambio, el río se ha desbordado en varios lugares de la localidad y el agua sigue subiendo de nivel en sus calles. El agua y el barro salían por la puerta del templo sin poder hacer nada, «es muy duro ver cómo ha quedado el templo, cómo están todos los bancos, el confesionario, incluso nos ha costado trabajo abrir la puerta de la iglesia para poder entrar» expresa el recién llegado párroco, Carlos Samuel, con la voz entrecortada. Además, la casa parroquial se quedó sin luz, «duele ver la situación en la que se encuentra el pueblo», añade.
La parroquia de San José, en Vélez-Málaga, también se ha inundado. Una vez más, el agua ha vuelto a entrar en las instalaciones de la dicha parroquia, inundando y filtrándose en su interior y causando daños tanto en la parroquia como en el entorno de Camino Algarrobo tras lluvias intensas, como ya ocurrió el 15 y 29 de octubre pasados. La comunidad reitera su llamamiento a las autoridades competentes para que implementen una solución mediante el encauzamiento adecuado del arroyo subterráneo de la zona, aplicando medidas preventivas que eviten que estos problemas persistan y causen mayores daños en el futuro en la zona, explica el arcipreste de la zona y párroco de San José, Wilfer Darío Alzate.
Arciprestazgo de la Victoria
Párrocos y fieles achicaron agua en las parroquias del arciprestazgo de la Victoria de Santiago Apóstol, San Juan, San Dámaso, San Lázaro, la Divina Pastora, El Buen Pastor, el Sagrado Corazón, San Felipe Neri, La Victoria y Los Mártires, en el centro. En Santiago, según explica el arcipreste de la zona, el sacerdote Antonio Aguilera, «el agua ha llegado hasta la segunda columna desde el fondo, y no han sufrido daños personales, sólo la tarea de sacar el agua acumulada»; y en la parroquia de San Antonio María Claret también ha entrado agua en los salones. Por su parte, en la Catedral apenas se han registrado incidencias significativas.
Iglesia de Santiago tras el paso de la DANA
Arciprestazgo de los Ángeles
En el arciprestazgo de Los Ángeles, compuesto por las parroquias de Fátima, Los Ángeles, el Pilar, la Purísima, San Francisco Javier, San Pablo, Santa Ana y San Joaquín, la Amargura, la Trinidad, Santo Domingo y Santo Tomás, algunos párrocos han ofrecido las dependencias parroquiales a los vecinos que viven en bajos, ante la posibilidad de inundaciones de sus hogares, pero todo se ha solventado bien.
Arciprestazgo de San Cayetano
En el arciprestazgo de San Cayetano, la parroquia de la Visitación, en su barriada de El Tarajal, se ha vuelto a quedar incomunicada como ya ocurriera en las inundaciones de 1989, de las que se cumplen justo el 14 de noviembre 35 años. «Están haciendo todos los esfuerzos para que se pueda acceder de nuevo a la barriada lo antes posible», explica su párroco, José Manuel Bacallado, quien también relata cómo el templo de la parroquia en la barriada de Intelhorce agrava sus goteras con estas fuertes lluvias. También tienen goteras, una de ellas junto al altar, en la parroquia de Santa María Goretti, como explica su párroco, Fernando Bar; y en la parroquia de Santa Rosa de Lima, en la que también han podido solucionarlas según cuenta su párroco, José Luis Munilla.
En este mismo arciprestazgo, la parroquia de San Fernando y la barriada del Cónsul, en la que está situada, es una de las más afectadas. Su párroco, Jesús Hurtado explica que «no es la primera vez que se inunda esta parroquia y hace unos años se le hizo una obra para poder drenar el agua con facilidad. En esta ocasión, la DANA ha conseguido que los salones parroquiales se vuelvan a inundar y sé que muchos feligreses de la zona están también desalojando los sótanos de sus hogares, así que la iremos sacando como podamos. Lo que más sufrirá serán las puertas con el agua cogerán humedad».
En el pueblo de Almogía su párroco, Fernando Luque, vicerrector del Seminario Diocesano, explica cómo las lluvias han dejado una huella grande en algunas pedanías como el Barranco del Sol, donde se han quedado sin agua y sin luz, y en algunos hogares del pueblo. En el templo sólo una gotera localizada que se ha solventado con rapidez.
Arciprestazgo de Virgen del Mar
En la zona del Limonar, también en la capital, los vecinos han visto cómo la lluvia provocaba una inmensa crecida del arroyo Toquero, habitualmente seco. La inmensa cantidad de agua avanzaba a gran velocidad por el Paseo del Limonar y del Miramar, y en el propio cauce con un caudal atemorizante hacia la desembocadura. La parroquia de San Miguel, de la que es párroco el arciprestre, Guillermo Tejero, no ha sufrido daños. Él traslada que no ha habido grandes incidencias en su templo ni en otros del arciprestazgo. «En la de San Miguel alguna gotera, pero nada grave. En el colegio de las religiosas carmelitas de Madre Asunción, la comunidad ha podido evitar que el agua, que ha anegado el patio exterior, llegara al edificio», cuenta. En la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, el agua sí que ha entrado en el templo, y es que las calles próximas se han convertido en un auténtico río, de banda a banda, en las horas centrales de la mañana, arrastrando hasta el templo una inmensa cantidad de agua. El párroco, José Manuel Caselles, claretiano, ha compartido imágenes del suelo cubierto de agua, tanto en el templo como en la entrada a los salones, que han sacado miembros de la comunidad y fieles.
Entrada a la parroquia del Carmen, en Málaga capital
Arciprestazgo de Álora
El arciprestazgo de Álora reúne a las poblaciones de Gibralgalia, Álora, El Chorro, Zalea, Cerralba, Carratraca, Ardales, Campanillas, Cártama y Cártama-Estación, Aljaima, Pizarra, Alozaina, Santa Rosalía-Maqueda y Casarabonela. Su arcipreste, Francisco González, explica que lo que más atareados les tiene es el arreglo de la huella dejada por la DANA anterior, de finales de octubre. «En esta ocasión, no ha sido tan grave hasta el momento. Los desalojos han sido mayoritariamente de segundas viviendas que los vecinos tienen en las zonas de la huerta o junto a los ríos, por lo que no es que las familias se encuentren en la calle, como ha pasado en Valencia. Esa DANA sí produjo daños aquí también, en la zona de Doña Ana, que está pegando al río, y a las casas bajas les afectó, como a otra parte de Álora». El martes pasado se reunieron las Cáritas del arciprestazgo con el nuevo director y secretario de la diocesana, para valorar las necesidades. La parroquia de San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, en Cártama Estación, sufrió en aquella ocasión varios daños reseñables. «Una pequeña terraza que tenemos arriba hizo que colara agua a la zona de entrada y a los ascensores, y tuvieron que venir los bomberos para acceder y arreglar el problema», cuenta González. En la zona baja de Campanillas vecinos y feligreses han pasado el día asustados vigilando el río, temiendo por un posible desbordamiento, informa el arcipreste.
Bomberos en la parroquia de San Isidro y Santa María de la Cabeza, en Cártama-Estación, en las lluvias de octubre
Arciprestazgo de San Patricio
La carretera de Cádiz se ha convertido en un auténtico río, muchos de los vecinos han tenido que desalojar los bajos y trasteros de sus hogares, pero los templos de la zona no han sufrido inundaciones. El agua sí ha entrado en la sacristía de la parroquia del Santo Ángel y se han presentado algunas goteras en la parroquia de María Madre de Dios, según explica el arcipreste, Antonio Eloy Madueño.
Arciprestazgo de Ronda y Serranía
En la zona de Ronda y Serranía la alerta no era tan grave como en Málaga ciudad, de hecho, en principio sus alumnos eran los únicos que iban a asistir a clase. «Las lluvias han sido intensas, pero no peligrosas», afirma el arcipreste, el sacerdote Manuel Arteaga. Es más, las imágenes que se han difundido con una gran cantidad de agua que pasaba por el Tajo, «son imágenes muy impactantes, pero eran de las aguas recogidas en la zona de la sierra, que es donde más ha llovido, sin causar, en esta ocasión, destrozos», concluye el arcipreste.
Aciprestazgo de Archidona-Campillos
En el arciprestazgo de Archidona-Campillos, «la lluvia está cayendo con tranquilidad. Esta mañana habían caído 50 litros pero no está siendo una lluvia que lleve por delante destrozos, al menos por ahora, por lo que damos gracias a Dios», afirma su arcipreste, Francisco Sánchez.
Arciprestazgo de Axarquía Costa
Lo mismo ocurre en la zona de la Axarquía Costa que, siendo uno de los lugares donde la DANA ha dejado más litros, la lluvia no ha provocado destrozos en sus pueblos ni en sus templos. En algunas de sus localidades se vieron sorprendidos por el granizo.
Arciprestazgo de Cristo Rey
El arcipreste de Cristo Rey, Ismael García OMI, ha traquilizado con el informe de su zona. A pesar del agua que ha circulado con fuerza por las vías en las horas de máxima precipitación, luego se ha despejado todo y, según cuenta, no hay «ninguna parroquia afectada ni vecinos, al menos que haya llegado a nosotros». Y es que, al no desbordarse el río, la zona de Ciudad Jardín no ha sufrido situaciones graves de momento.
Arciprestazgos de Fuengirola-Torremolinos, Marbella-Estepona y Antequera
Los arciprestazgos de Fuengirola-Torremolinos, Marbella y Antequera no han comunicado hasta el momento consecuencias de las últimas lluvias acaecidas, más allá de la suspensión de actividades debido a la alerta.