El sábado 20 de diciembre, a las 20.00 horas, llega a la Catedral de Málaga la Luz de la Paz de Belén, acompañada por los Scouts Católicos de Málaga-Melilla. La celebración estará presidida por el obispo, D. José Antonio Satué y, al terminar, los participantes podrán llevarse a sus casas, en un farolillo, esta luz que anuncia el Nacimiento del Señor. El lema elegido para este año es “Uniendo corazones, iluminando el mundo”.
Antes de llegar a la Catedral, la Luz de Belén permanecerá en la capilla del Císter, sede del Santo Sepulcro, donde estará custodiada desde el 17 al 20 de diciembre.
Reme Zayas, animadora de Fe de los Scouts de Málaga, explica que este año la Luz llegará, de la ciudad de Belén a la de Oviedo, el 14 de diciembre. De allí pasará a Almería, donde irá a recogerla el grupo de Málaga, el 17 de diciembre. «Lo hacemos con mucha ilusión», explica Reme, y cada vez el grupo que participa es más numeroso por lo que «podríamos decir que la luz se está convirtiendo en una fogará», explica Reme con una amplia sonrisa.
Después de la llegada de la Luz a la Catedral, se repartirá en otros puntos de la diócesis. El Grupo Scout Abad-faro la repartirá el día 21, a las 12 horas, en la parroquia Virgen del Camino; el consiliario del movimiento, el sacerdote Eduardo Romero, la repartirá en la parroquia de Benajarafe, el día 21, a las 10.00 horas; en Chilches, a las 11.30 horas; y en Cajiz, a las 18.00 horas. En la parroquia de San José, en Vélez-Málaga, el Grupo Scout San José, de la parroquia San José, también la repartirá a las 12.00 horas, el 21 de diciembre. En dicha parroquia la luz permanece encendida hasta la fiesta de Pentecostés.
El movimiento de Scouts Católicos lleva desde septiembre preparando este momento porque esta luz «es la luz de un Niño que nació en Belén y que ilumina muchos hogares con tristeza y oscuridades».
Quienes no tengan un farolillo para llevar ese día, pueden adquirir una vela solidaria en el Patio de los Naranjos.
«Los jóvenes se vuelcan, de forma especial, con la llegada de la Luz de la Paz de Belén», explica Reme, «y hay que agradecerles lo mucho que se están moviendo y lo que nos están impulsando a los mayores».
Y muchos os preguntaréis, ¿qué pasa si esa llama que nos llevamos a casa se apaga? Reme afirma con rotundidad que «esa llama no se apaga porque es el corazón el que hay que mantener encendido, así nunca se apaga la llama».